domingo, 20 de marzo de 2011

SOY UN ENVIDIOSO

ESTO ME LO PUBLICARON EN EL NORTE DE CASTILLA EL 6/02/2006.
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Soy un envidioso porque tengo que comprar los libros de texto de mis retoños; mientras a otros el sistema les deja los que llevamos al finalizar el curso, pues nos los piden los profesores para personas necesitadas.
¿Necesitadas? ¿De qué? Yo tengo que pagar una hipoteca durante 25 o 30 años; a otros el sistema le concede una vivienda digna, y si no puede pagar la mensualidad (muchas veces) comodísima, el estamento correspondiente les adelanta ese dinero; a mí me avisará el banco de que otro mes sin pagar, y me la quitan. 
Mis retoños tienen que ir al colegio para ser personas de provecho; otros se aprovechan de la minuta diaria por tenerlos escolarizados, y aunque falten, el sistema no hace nada por perseguir el absentismo.
Mi coche es normalito; otros los tienen de gran cilindrada y no sé a qué se dedican, pues yo trabajo todos los días desde las seis y media de la mañana y no puedo tenerlo; otros se levantan a las once, hacen corros en las esquinas y pueden comprarlo. Mi mujer administra un salario y no tiene abrigo de pieles ni joyas; otras, que argumentan no tener ingresos, lucen grandes lujos.
Por desgracia, seguro que hay alguien que de verdad necesita esa ayuda, pero como no conoce los métodos para solicitarla, se queda sin ella.
¿Cuándo llegará el día en el que no financiemos al sinvergüenza y al vago y ayudemos al que lo necesita?

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